Notar. Estar. Sostener. Presenciar.

Abrir y cerrar.

Acompañar.

Dibujar. Cantar. Correr.

El llanto. La palabra.

Y besar.

A mí. A ti.

Un abrazo.

Y el silencio.

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Preguntar.

Una pregunta sin respuesta.

Respuesta que cuestiona otra vez.

Una manera. Una forma.

El vacío que habla en su ausencia y pide ser llenado.

O no.

El lugar donde todo comienza.

En el centro. Bien adentro.

Estás y estoy.

Tomarnos de la mano.

Sentir el calor. Sentir que soy.

Sentir que existo. Sentir qué se siente.

Viuda del miedo. Esposa del ya.

A mis amigxs.

El paso a paso.

Los frailejones que cobijan el viento del páramo.

Los olivos de oro en tierras rojas.

El viajar a tierras conocidas por conocidos y pertenecer.

Pertenecer.

Lo que tiene sentido. Y lo que no también.

Siento sentir.

Tu voz de pájaro.

Viento de mañana.

Y sol naranja a las 6 pm hora colombiana.

El río que baja y limpia. Y quita la estupidez. Y alienta. Y revive.

Y revientan aguas en las piedras ya mojadas.

Y ahí estoy.

Y ahí estamos.

Membrana delgadísima. Velo de bruma.

Pequeñas partículas de agua en suspensión.

Sobre verde sobre verde sobre verde sobre verde.

Este es el llamado del cuidado.

A ti.

A mí.

A lo que rodea.

A las plantas. Y los animales. Y las piedras. Y el momento. Y es estar consciente. Y prestar atención.

Es la raya. Y la curva. Y la hendidura. Y la línea. Y la sombra. Y el reflejo. Y el movimiento.

Y entonces eres.

Y entonces es.

Y es.

Es.

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